miércoles, 6 de abril de 2011

Ese lugar

Una sensación extraña en el estómago, como si alguien estuviera andando por él. A la misma vez siento pasos invisibles, apenas los siento, pero para algo tengo intuición ¿no?, acabo de saber que algo está pasando dentro de mi. 
Abro los ojos, deseo hacerlos más grandes, tanto, que quiero que me duelan. Miro despacio a mi alrededor, veo muchas miradas, siento su piel, su calor, su aliento, su ser, pero no pienso moverme. Quizás sea porque ninguna de esas miradas parecen poder pasar ese escudo que limita mi territorio.
Tengo la necesidad de mirarme al espejo, quiero y espero encontrar esa respuesta que tanto necesito. Mis pies pasan a ser algo pesado, me cuesta trabajo llegar a ese espejo, pero solo con la fuerza de voluntad podré llegar. 
Estoy viéndome en el espejo, yo con yo.
Estoy en el lugar que me gusta, en el que me encuentro segura. Solo él aparece cuando creo que todo lo demás deja de existir. De ese modo, decido ponerme en el punto de mira de mi propio corazón de manera que quedemos cerca, que lo pueda escuchar, que lo pueda mirar y que me mire.
A partir de ahora, me empiezan a llegar palabras de silencio, que no necesitan hablarlas para transmitir sentimientos.

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